Nos han repetido cientos de veces desde pequeños la importancia de una buena titulación académica, de actividades complementarias, del desarrollo de ciertas habilidades. Pero, ¿es esto suficiente?.
Desafortunadamente, o afortunadamente, dependiendo de para quién, no lo es. Existe otro aspecto a la hora de valorar al candidato perfecto para un puesto de trabajo: las competencias personales.
Estas competencias son las encargadas de diferenciar a un candidato de otro, por ello, debemos de ser conscientes de su importancia.
Podemos diferenciar dos tipos de competencias, las ordinarias y las extraordinarias. Ambas son claves para el desarrollo de actividades personales y profesionales. Sin embargo, son estas últimas las que marcan la diferencia,
actuando en momentos de crisis y mostrando la verdadera capacidad de la persona para hacer frente a todo tipo de situaciones.
Tenemos que ser conscientes de nuestras capacidades, darlas a conocer o, en caso necesario, fomentarlas.
Las competencias más importantes para nuestro ámbito profesional, el de la publicidad y la comunicación, en mi opinión, son la capacidad para trabajar en equipo, la capacidad de relación social,el pensamiento estratégico y una disposición al trabajo. Debemos saber trabajar en equipo y relacionarnos con la gente, ya que la comunicación es la base de nuestra profesión. Además, es de vital importancia adoptar un pensamiento estratégico y tener una actitud proactiva.
Creo que las competencias en las que creo tener más capacidad son el sentido de urgencia, la relación social, el pensamiento estratégico y la disposición a trabajar. Intento estar siempre pendiente de todo, mirando no solo el presente sino pensando de manera estratégica y a largo plazo.
Sin embargo, tengo problemas a la hora de trabajar en equipo y ser más paciente. Son aspectos que intento mejorar día a día, ya que sé que son de gran importancia para mi futuro profesional.
Tenemos que ser capaces de diferenciarnos, ser competentes y poder lidiar con cualquier situación que se nos presente por el camino.
"Las reglas del trabajo están cambiando, ahora se nos juzga según normas nuevas: ya no importan solo la sagacidad, la preparación y la experiencia, sino como nos manejamos con nosotros mismos y con los demás. Esta norma se aplica cada vez más para dividir quien será contratado y quien no, a quien se retiene y a quien se deja ir a quien se asciende y a quien se pasa por alto." Goleman, 1995